“La muerte es una vieja historia” de Hernán Rivera Letelier
(Penguin Ramdom House Grupo Editorial, 2017)
Un violador opera en el cementerio de Antofagasta. Un duo inolvidable de investigadores tiene que resolver el caso : el detective el Tira Gutiérrez, antiguo minero, más dedicado a resolver casos de infidelidades que crímenes y la hermana Tegualda, una joven religiosa cuyo coraje e inteligencia se revelan imprescindibles para resolver problemas y misterios. Hernán Rivera Letelier es conocido por sus novelas que retratan el mundo de los salitreros en el norte de Chile. Encontramos en esa novela el mismo arte y la misma humanidad para elaborar personajes cuyas aventuras atrapan al lector.
“Había tenido una mala noche el Tira Gutiérrez. Las cervezas, el cigarrillo, las mujeres, diría la hermana Tegualda. Ojalá, se compungió. El trago le depravaba el estómago, llevaba tres meses sin fumar y como veinte días sin tener sexo. No sabía qué cresta pasaba con las mujeres. En su vida se había sentido tan solo como ahora. Ni siquiera cuando su mujer lo dejó por inútil (eres tan inteligente que no sirves para nada, le dijo). Para rematar el cuadro, de un tiempo a esta parte venía soportando noches enteras sin dormir. Y el insomnio lo electrizaba.
Estiró los pies por sobre los papeles del escritorio. En su computador sonaba la canción de Cuco Sánchez, Fallaste corazón, una de sus favoritas. Para espantar la mala leche comenzó a canturrear tratando de imitar la voz llorosienta de Cuco. Imposible. Siempre tuvo voz de tarro roto. Y tanto que le gustaba la música mexicana.”